lunes, 13 de febrero de 2012

El nombre de la rosa


El nombre de la rosa es un libro de libros, eso seria la descripción más correcta que se me ocurre para empezar a comentar este magnífico libro. Ni que decir tiene que es de una complejidad absoluta, y es que en él se mezclan como en un laberinto varias tramas que Umberto Eco enlaza de forma perfecta para que resulte una urdimbre armónica y apasionante.

Lo que resalta de este libro, con respecto a muchos otros de novela histórica, es que en él sí que se puede decir que se está ante casi un libro histórico. La ambientacion de la época, siglo XIV en una abadía cluniacense, su forma de vida, el lenguaje de los personajes, el retrato de los mismos, sus vicios, sus virtudes, sus disputas teológicas y sus anhelos vitales, amén de sus forma de hablar, nos sumergen en un libro de época, de historia y de teología, aparte de un libro de misterio y de crímenes.

El libro está narrado por Adso de Melk, a modo de crónica de los hechos que vivió con su maestro Guillermo de Baskerville, en una abadía italiana. El resumen de la trama es harto conocido, sobre todo por la película, en la que un monje agustino llega con su novicio a una abadia del norte de Italia y allí el abad le encarga que investige un posible asesinato o suicidio de uno de sus monjes. La abadía tiene sobre todo una gran biblioteca, la más grande de la cristiandad según el relato, y en ella se guarda el saber de muchos autores, tanto paganos como crisitanos. La biblioteca es un sitio vedado, y los monjes guardan celosos sus misteriros, muchos de los cuales tienen poco que ver con las virtudes que deberían caracterizar a un monje, pero en torno a la biblioteca gira toda la trama, pues a medida que los días pasan se van produciendo más muertes violentas o misteriosas, que harán que Guillermo y su novicio Adso tengan que recurrir a toda su sagacidad para desentrañar el juego de poderes, de intereses, de misterios y de secretos que la abadía, los monjes, la biblioteca y sobre todo los libros, esconden.

Sin embargo lo que quiero destacar, no es un resumén, para eso mejor leer el libro, lo que me interesa es decir que el libro tiene que verse como un catedral llena de simbolos que nos dan tanto o más que las palabras. 

Dentro del libro hay una metahistoria, una historia y una intrahistoria. Así el número tres, es importantísimo, pues tres es el número de la trinidad. Así la metahistoria es la de las corrientes hereticas y reformadoras que en el siglo XIV recorrieron y azotaron la europa cristiana, y sobre todo las disputas teológicas que debatieron al respecto de las mismas.

La historia es la de los crímenes que aconceten en la abadía misma, y como los métodos hipotético- deductivos (en los que se basa la ciencia moderna) de Guillermo basados en los estudios de Roger Bacon y de Gullermo de Ockham a los que les une amistad, ponen de manifiesto la gran superstición del medievo y del aprovechamiento de la inquisición para dominar al tercer estado o como aquí se llama a los simples.

La  intrahistoria es la de la disputa entre el emperador del S.I.R.G (Sacro Imperio Romano Germánico), con el Papa. La disputa por el poder que recorre Europa y que casí supone un cisma en el siglo XIV, pues el Papa pretende tener poder para designar al emperador y el emperador no reconoce la autoridad de un papa asentado en Avignon. Así el Papa Juan XXII, es pintado como un despiadado manipulador y un avaro que pretende la gloria de si mismo a través de recoger todas las riquezas posibles y el emperador Luis IV como alguien que no seguro de su poder trata de dividir para  imperar en un seno, el de la iglesia, revuelto y poco claro.

No sólo el numero tres es importante en el desarrollo de la trama, sino que el siete, también lo es, pues la acción se divide en los siete días que esta Guillermo rastreando al asesino. Estos días a su vez se dividen en el horario en que los monjes viven en la abadía, visperas, tercias, angelus...etc.

La acción se desarrolla pues en términos cabalisticos y sacros, pero también en otros más paganos, seguro que no se nos escapa el guiño que hace Umberto Eco a Sherlock Holmes, pues su personaje principal, tiene el apellido Baskerville, que hace referencia a la obra El sabueso de los Baskerville de Arthur Conan Doyle. Además el autor nos translada a los mitos de la antigua Grecia, al pintarnos una biblioteca laberintica en la que ni el propio Dédalo prodía construir, ni mucho menos Ariadna y Teseo podrian librase del minotauro.

Además de estas referencias alegoricas, literarias y miticas, Umberto Eco nos imbuye de filosofía escolástica de Santo Tomás de Aquino y de filosofía clásica de Aristóteles. Nos remite a numerosísimos libros medievales tanto cristianos, como árabes y traducciones de los clásicos al latín, lengua esta última, en la que están puestas numerosas pistas y grandes diálogos.

Es también un compendio de saber medieval de hierbas, de gemas, de arte y de fórmulas dialécticas y de vida monacal y medieval.

Es pues un libro de libros, como ya he dicho, en la que nada es casual, que la acción es lenta, muy abigarrada de simbolos, muy barroca en descripciones, y de una gran complejidad en muchos niveles, lingüistico, metafórico, místico, filosófico y de investigación científica (tanto para resolver un crimen, como para ver la luz al lado de la sombra que fue la Inquisición).

Además no me resisto a señalar que un personaje importante es de Burgos, y que en el libro hay referencias a Silos, y por tanto de donde soy, y a Frankfurt y en concreto a Sachsenhausen, que en aquella época era un pueblo, pero hoy día es un barrio de Frankfurt, que es donde resido actualmente.

Lo podriamos denominar como un libro redondo (y en esto también quisiera ser algo alegorico, pues el círculo es el símbolo de lo infinito y lo perfecto, y por tanto de la divinidad).

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