sábado, 4 de febrero de 2012

Serie Alatriste. 1.- El Capitán Alatriste


El primer libro que comentaré, aunque no corresponde a uno que haya leido últimamente, es el que da nombre al blog, El Capitan Alatriste de Arturo Pérez- Reverte y de su hija Carlota.

Se que a muchos de mis amigos el señor Pérez- Reverte, les causa un gran desagrado, unas veces por antipatia de toda la vida, y otras por ir ganandosela a pulso a lo largo de los años.

Personalmente descubí a este individuo en mi mas tierna adolescencia y quede en deuda con él, no solo por sus capacidad lingüistica que hizo que me conviritiera en un lector devoto, sino más que nada por sus articulos de opinión en las que disfruté, y sigo haciendolo, de una capacidad sintetica de los problemas sociales, de una ironia envidiable y una mala leche digna de elogio. Así pues, y despues de esta lisonja al señor Reverte, empezemos por el primer libro de la serie de las Aventuras del Capitan Alatriste.

Es de sobra conocido el argumento, pero no por ello menos importante, se mezcla en él la realidad histórica con la ficción, creando un personaje creible. Ni que decir tiene que nos pinta un individuo muy revertiano, echo de sombras y escasísimas luces. Un espadachín poco hablador y peligroso como su siglo, un hombre que a pesar de matar tiene un codigo propio de conducta y de honor que le permite seguir viviendo con la cabeza alta. No diré que el señor Reverte pinta a sus personajes como el personaje que él quisiera ser o es, no lo conozco personalmente, pero es un prototipo de antiheroe que se repite sucesivamente en casi todas las novelas.

Esta serie de novelas, y en concreto la primera, habría que entenderla en su contexto, primero en el del siglo XVII y el reinado de Felipe IV, en la decadencia del imperio español, en las guerras que iniciara Carlos V contra el protestantismo y la herencia de territorios europeos que nos dejó. También hay que ver la corrupción de un sistema en franca derrota y que se sostiene con la plata (oro llego poco) de las Americas. En este momento clave de la historia de España, de gran decadencia política y económica, surgen en ese Madrid una serie de personajes que aunque si bien vieron poco el oro de las Indias, dotaron a todas las artes del momento en España de un brillo total, Calderon, Quevedo, Velazquez, Gongora, Lope de Vega, y otros aldalides de las letras, la pintura, la arquitectura y demás artes.

La novela nos pinta un retrato, como un cuadro de Velazquez, de la sociedad, la ideologia y la maquinaria de la España del siglo XVII. Además de ser un prototipo de novela de capa y espada de las de antes, con sabor a Dumas y a sus tres mosqueteros, pero con tintes de antiheroe nada shakesperiano, se construye así un mundo sombrío y pleno de un Madrid de los austrias donde a día de hoy podemos seguir visitando.

Ni que decir que el personaje de Iñigo de Balboa es el contrapunto de Diego Alatriste, inocente y enamoradizo, del mismo diablo según él mismo. La figura de Quevedo es otro guiño excelente, bebedor, pendenciero, putero y con la mala baba que caracteriza al españolito de toda la vida, le quita el aura de poeta de libro de historia de literatura, para dotarlo de carne, hueso y una espada que hace parezca un amigo mas que un maestro.

El señor Malatesta, y su silvido caracteristico que nos acompañara en toda las aventuras, es un ser tan siniestro y peligroso como Alatriste, con otro codigo de conducta, tan valido como cualquier otro, pero puesto al servicio de un fin mal negro, el suyo propio. Aun asi, Alatriste y Malatesta, son las dos caras de una misma moneda, que solo el destino (hades) le colocaron en otro lado.

En cuanto a la trama, ni que decir tiene que me encanta, dos tipos enmascarado que alquilar los servicios de espadachines a sueldo para que les den una lección, pero que uno de los enmascarado encarga bajo mano que sea algo mas, el olfato del capitan en que alli hay mas cera que la que arde, y vaya que si, ademas de un enamoramiento a primera vista del bueno de Iñigo, que acaba todo mezclandose en una emboscada nocturna que la suerte y la habilidad hacen que caiga del lado de nuestros protagonistas, para acabar teniendo una carta firmada por el futuro rey de Inglaterra en la que todo subdito inglés debe socorrer a Don Diego de Alatratiste y Tenorio.

Todo ello salpimentado de referencias a batallas, asaltos y hechos de armas de la historia de España y por consiguiente de Europa, con un lenguaje que lleno de germanias y de vocablos ya olvidados pero entendibles y de rimas y coplillas que hacen que todo sea preciso y evocador.

Así pues se puede decir que es una de las novelas más queridas por mí, y más leidas. Y la cual siempre suelo regalar.

Acabar diciendo aquello de: "Capitán por un día, de una tropa sentenciada a muerte que se fue al carajo vendiendo cara su piel, uno tras otro, con el río a la espalda y blasfemando en buen castellano. Cosas de la guerra de Flandes. Cosas de España."


2 comentarios:

  1. Holaaaaaaa... me alegro de verte por aquí (aunque me hayas dado una chapa histórico-artística-económica así por la face).
    Sólo una cosa: ya sé que en Alemania es difícil poner tildes con ese teclado, pero creo que, al menos, en el título del blog deberías ponerle su correspondiente tilde a la palabra Capitán.
    Agur yogur!

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  2. Tomo nota de lo de los acentos, pero aún estoy con ciertas letras de alemán que se me resisten, aún así procuraré que en un futuro, aúnque sólo sea el título este con tíldes.

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